Exiten muchas teorías del origen del bidet y su nombre. Lo que es seguro es que de algún modo u otro su origen está relacionado con Francia.
Teoría francesa 1 del origen del bidet
Cuenta la historia que allá por 1710 un mueblero parisino llamado John Kennet Bidet (de ahí el nombre), creó un artefacto en forma de violín, que venía a solucionar los problemas de higiene que en aquel entonces azotaba a la sociedad francesa. Si bien fue creado para sentarse siguiendo la forma de violín, no se sabe por qué la gente lo utilizó al revés. El bidet en francia armó revuelo: Era considerado un mueble aristocrático, y además la iglesia y la medicina francesa lo consideraban inmoral; por lo que vetaron su uso. Años más tarde el bidet comezó a tener opiniones favorables, por lo que volvió nuevamente a varios hogares. En el salón del mueble de París de 1923 se propuso que todo inmueble debe tener una habitación para el aseo personal, que permita ubicar cómodamente una ducha o bañera, un lavabo y un bidet. Después de esa declaración, el bidet se convirtió en algo indiscutible, en un ídolo. Pero tristemente años más tarde, debido a la reducción del tamaño de los baños en las construcciones, el bidet fue eliminado y reemplazado por una especie de ducha incorporada en el inodoro.
Sin embargo, largo tiempo después, el bidet tuvo su boom de la mano de los italianos, que luego de la segunda guerra mundial buscaban un mayor confort sanitario.
Teoría francesa 2 del origen del bidet
Igual que la anterior sólo que no se sabe quién fue el que lo creó, y se atribuye el nombre a la palabra francesa bidet  que significa caballito, debido a la posición posición en que hay que sentarse como si se montara un caballo pequeño.
Introducción del bidet en la Argentina
La historia dice que el bidet en Argentina nació en Córdoba de la mano de un plomero inmigrante francés.